sábado, 16 de octubre de 2010

Rol Canción de Hielo y Fuego


Tras un par de veladas la historia sobre una conspiración dentro de los Siete Reinos, concretamente en la zona conocida como Dorne, ha transcurrido como se narra a continuación.

Para empezar hay que presentar a los contendientes: A la dirección, Arturo de DM. Como Guerrero Ungido y comandante de la expedición/misión, Belcam Valerius, un servidor, Miguel. Sus leales montaraces: Pablo (Asmodian Arena) y Naira (Tangerine Turner). Como señora heredera del trono del castillo de Piedrapálida, llamada Zahara Caede, Mayte y finalmente, su noble amigo, pupilo de una casa vasalla, Tribel, a cargo de Elena.

Belcam Valerius, recientemente ungido caballero de Zarcus Caede, señor de Piedrapálida, ha recibido una importante misión. La misma reza así: deberá atravesar el Paso del Príncipe, un lugar peligroso y atestado de bandidos y otros peligros, para hacer escala en Canto Nocturno y de ahí hasta Altojardín. Allí deberá recoger a un pequeño señor, un Tyrell, pretendiente de la hija de Zarcus, Zahara Caede, y llevarlo sano y salvo de nuevo a Piedrapálida.

Pero cuál es su sorpresa, cuando al visitar al maestre, un hombre avispado y de honorabilidad dudable, le entrega a Belcam una carta lacrada sin abrir. Órdenes de Lord Zarcus. Éstas contradicen las de su hija Zahara, diciendo que el pequeño señor Tyrell debe morir en el trayecto de forma misteriosa. Belcam percibe algo extraño en el maestre, pero se pone en marcha sin decir nada más. Poco después de haber emprendido la marcha, comprueban que no han tomado posesiones de víveres ni agua y muy apesadumbrados vuelven para abastecerse.

Ya preparados al fin, el comandante Valerius emprende de nuevo el viaje con un contendiente de unos 20 hombres, y la disyuntiva de sus dos misiones contradictorias. Sus dos leales montaraces van delante con órdenes de ir inspeccionando el terreno inmediatamente anterior a su paso para evitar emboscadas y sorpresas. Hacen noche sin muchas sorpresas más que la de Asmodian enfrentándose (o saliendo por patas) a una especie de chacal.

Por otro lado, en Piedrapálida, la heredera, Zahara, se ha enterado de la carta que ha recibido Belcam Valerius y las oscuras órdenes que dictaba. Decide entonces emprender la marcha junto con su noble amigo Tribel para vigilar al comandante, no sin antes visitar a Zarcus, su padre.

Éste está cómicamente demente e ido. Del mismo no se obtienen más que incoherencias. Pero Zahara ha percibido algo extraño también en el maestre. De igual modo, ella y Tribel emprenden la marcha con unos 10 hombres y sin montaraces. En el camino son sorprendidos por bandidos de los que tras un reñido trato, culminado por Tribel, los acompañarán y protegerán por dinero. Lo que tiene tratar con bandidos.

Durante el día, en el grupo de Valerius, no hay muchos problemas.

Al llegar la noche, se encuentran al inicio del Paso del Príncipe. A la hora de cenar un carnero que Tangerine había cazado, el comandante nota un raro olor en la carne que nadie más percibe. La da de comer a su sargento que cae muerto por envenenamiento. Con el fin de no levantar revuelo entre sus hombres y para que la noticia no se extienda y llegue al asesino, Valerius ordena a sus montaraces enterrar al sargento en secreto. Antes le roban el dinero por sugerencia de Tangerine (muy bueno xD).

El comandante les ordena a sus montaraces que traigan unas palas de las que usan los soldados que cercan el perímetro del campamento. Con el sargento escondido en una tienda de campaña, Tangerine y Asmodian vuelven con las palas. En una paranoia, Belcam ordena a Asmodian que apuñale el cadáver para que parezca un asesinato a sangre fría. En ese instante, un soldado ebrio los sorprende y mientras se arrodilla ante el cuerpo del sargento, Belcam lo empuja a fin de ensuciarlo con la sangre del cadáver e inculparlo. Pero no hay nadie a quien mostrar la culpabilidad del soldado, por lo que Valerius le ordena malhumorado que se vaya a dormir. En ese instante, Asmodian (o Tangerine), divisan a alguien merodeando entre las tiendas del campamento. Lo persiguen, pero no dan con nadie. Alejados del cuerpo del sargento apuñalado, el pastel ha sido descubierto por soldados más avispados, junto con las palas que habían cogido los montaraces con orden del comandante Valerius (aquí es cuando un servidor se cagó en todo lo cagable: la palas!). Belcam acude de inmediato seguido de sus montaraces. Y le dan la noticia. Sus hombres se tragan su expresión de sorpresa, no así su excusa de qué hacían allí las palas. Pero tras una breve explicación (quería las palas para asegurar mi tienda, hemos visto una sombra y las hemos dejado ahí… bla, bla, bla) todo se aclara y deciden dar una sepultura digna de un oficial al sargento.

Por la mañana se ponen en camino, ahora sí, atravesando el Paso del Príncipe. El comandante nombra nuevo sargento.

Con Tangerine y Asmodian en la vanguardia, Belcam comprueba que le faltan hombres. Al instante los ve llegar con unos bandidos apresados. Tras haber uno que le saca de sus casillas, decide matarlos a todos menos a uno que se ofrece a guiarlos. Qué mejor que un bandido para conocer aquel paso.

Al poco ven venir por el principio del paso un contendiente de unos treinta y pocos hombres. Belcam realiza la formación defensiva con arqueros y picas. Un par de hombres se acercan con bandera blanca: dicen que Zahara Caede comanda el grupo. Belcam exige que sea ella la que se presente para creérselo, ya que son bandidos los que se han aproximado y a los que casi dispara.

La princesa, junto con Tribel (un muchacho que no confía en la palabra del comandante y del que duda hasta el extremo) se acercan al fin. Valerius ordena bajar arcos y picas y se arrodilla ante la princesa. “¿Qué hacéis aquí princesa, tan lejos de Piedrapálida?” la princesa, galante le da una respuesta trivial. El guerrero ungido insiste, pero haciendo uso de su altanería Tribel se inmiscuye. Belcam, con respeto, no piensa tolerar que un niñato noble de otra casa vasalla le coaccione. Pero lo cierto es que cuenta con el beneplácito de la señora Zahara. Ésta insiste con una respuesta trivial. Esta vez el guerrero ungido se conforma, pero sospecha que no está siendo sincera. Por otro lado las intenciones de Lady Zahara son claras; evitar a toda costa que se cumplan las órdenes que supuestamente dictó su padre para asesinar a su prometido… de este modo ambos grupos se unen bajo el mando de Zahara Caede y con Belcam y Tribel como consejeros.

La historia se hace más enrevesada aún. Unas órdenes contradictorias. Un maestre con dudosas intenciones. Un asesino entre los soldados y un camino peligroso. Una intriga digna de figurar en las páginas de la historia de los Siete Reinos.

Continuará…

2 comentarios:

  1. no estaba enterada de que el tyrell al que vamos a rescatar de la muerte era el prometido de Zahara, pensaba que era de una hermana suya.

    Confirmame esa información por que entonces puede que tenga que reconducir mi plan de acción.

    Tribel se inmiscuye y es altanero, pero el comandante no se queda corto eh??

    ResponderEliminar
  2. Seguiré tu recomendación, en tanto en cuanto tenga el suficiente tiempo disponible para poder dedicárselo como merece.
    No me gusta dejar las cosas a medias, y los libros, menos.

    ResponderEliminar