domingo, 25 de diciembre de 2011

Nightmare "for" Christmas

Casi sin quererlo y alejándose del tópico que nos inunda estos días, esta película se ha convertido en un clásico a degustar en estas fiestas. Pero en cierto modo y yendo más allá, no nos alejamos tanto de la fiesta navideña siendo testigos de esta hermosa fábula. Porque aquello que algunos estamos cansados de ver al salir a la calle o al quedarnos en casa (luces parpadeantes, guirnaldas, bolas, abetos decorados, estrellas…), es lo que realmente anhela el protagonista del cuento, y con lo que queda maravillado al cruzar el árbol que lo lleva a la ciudad de la navidad.

Siendo sinceros no anhelo lo mismo que Jack, esta época no es de mi especial agrado la verdad, y es que, aunque me sienta identificado con él, no es de la misma forma. Todos ansiamos tener lo contrario de lo que tenemos. La monotonía nos invade a cada instante, tenemos el culo de mal asiento, por lo que intentamos buscar algo que nos saque de la rutina, de lo típico. Es navidad… joder, voy a ver cine de terror o de acción.
Pero la cuestión es que no somos tan dueños de nosotros mismos como creemos, y siempre se nos cuela la representatividad del instante por debajo de la puerta para recordarnos que, aunque no nos apetezca o no queramos, haremos algo acorde con el ambiente (un ejemplo es que apetezca ver Eduardo Manostijeras en estos días).

Bueno, no me enrollo más con pamplinas. Solo os insto, como hago a siempre, a que disfrutéis con lo que disfrutáis (maravillosa redundancia, ¡dibs!) y aprovechéis cada instante que os saque de la rutina.

Palillo pudo notar que su árbol de Navidad 
parecía un churumbel bastante más sano que él. 

La Melancólica muerte del chico ostra - Tim Burton


miércoles, 21 de diciembre de 2011

Inmortal

-¿Estás seguro? –preguntó la chica. Era una pregunta cuya respuesta, aunque no fuera sincera, sabía.

-Sí –contestó su amigo sin dar pie a una conversación.

“Obvio”, pensó la chica, aunque sabía que no era cierto, pero no quería ser cansina. Él no estaba de humor para preguntas que no llevaban a ningún sitio ni para cuestiones de última hora. Sabía que lo había meditado una y otra vez. Había incluso hecho una tabla de pros y contras en su cuaderno de notas.
-Nick –dijo la chica algo cohibida –sé que te lo he preguntado hasta la saciedad, pero ¿por qué?

El chico aludido suspiró:
-Es cierto, no estoy seguro, pero tengo que hacerlo.

-¿Quién te dice eso? –preguntó la chica violando su norma de no agobiar con preguntas, pero ésta la creía necesaria.

-Yo. Por mí… sabes que si no lo hago moriré… caeré en ese mundo de cuerpos perdidos que creen que tienen alma… -se le atragantaron las palabras. Todas querían salir, pero ninguna se atrevía por miedo a no ser aceptada.

-Nick, nunca he juzgado lo que haces, nunca he juzgado lo que hiciste y sentiste, pero quizás esta no sea la forma. Sí el fin, pero no la forma –se acercó a él -y ambos sabemos que no lees a Maquiavelo –le sonrió fugazmente por si el chico quería compartir aquella sonrisa, pero no lo hizo. Se limitó a mirar a la nada mientras el cielo, antes salpicado de trazos violetas, anunciaba el ocaso con un tinte anaranjado fruto del astro que decía adiós al día para desatar su fulgor sobre la otra parte del mundo. -¿Nick? –preguntó ella viendo que no obtenía respuesta.

-¿Qué? ¿qué quieres que diga, que me equivoqué? ¿Qué la cagué? –se volvió con enfado –Pues sí, eso hice, pero no por haberlo dejado, sino por haberlo empezado. Por haber sido un iluso confiado… Ahora me dirás que no hay que arrepentirse de lo que se hace sino de lo que no se hace. Una mierda. –bramó sin darse cuenta que su amiga se había encogido hasta el tamaño de un zapato y cohibida permanecía a su lado con la barbilla temblando.

-No sé por qué me has pedido que viniera –una lágrima surcó su rostro sin que le diera tiempo a poder reprimirla y al absorberla su voz se truncó.

Nick se volvió hacia ella. Era un idiota, un insensible, un desagradecido:
-Joder, yo… lo siento… -se acercó a ella para abrazarla, pero ella le rehuyó.

-No, Nick, he aguantado tus quejas, tus humos, tus idas y venidas y hasta detalles los cuales no quería saber. Te he aconsejado sin dejar que me influyera demasiado, pero no puedo más –¿era despecho, frustración o realmente lo sentía?

Nick no supo que decir. Disculparse de nuevo iba a sonar tan vacío como antes, además solo un loco repite lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes. Se acercó e intentó abrazarla de nuevo, pero ella se negó. Él le cogió los brazos, los apartó y pudo por fin rodear su cuerpo sin violencia pero sí con prontitud. La chica intentó zafarse, aporrear y empujar a Nick, pero él no la soltó. A los pocos instantes ella se rindió y apretó los ojos para reprimirse. Él la beso en la mejilla, salada, donde sus lágrimas habían dibujado finos hilos cristalinos. En ese instante se acercó a su oído y pronunció la disculpa más sincera que jamás había dicho. Como si de un sedante se tratara, la muchacha se calmó y lo miró a los ojos cuando se separaron. Estaban emborronados, lo que hacía que su marrón pareciera más claro aún.
Chloe no supo cómo decírselo, así que escogió solo tres palabras que estuvo segura que entendería:
-No soy inmortal –y se dio la vuelta dispuesta a marcharse con su pelo al viento despidiendo la esencia que Nick tan bien conocía. Inundó sus sentidos y lo trasladó a otra época. No olía a perfume, ni a champú, olía a ella, a su ropa, a su habitación, a sus libros.

El chico no dijo nada. Miró de nuevo al horizonte, esparció las cenizas de lo que en su día fue alguien, o los recuerdos de alguien y corrió en busca de su amiga guiado por su aroma.
Acababa de recuperar de nuevo la inmortalidad, ahora le tocaba a él ayudarla a recuperar la suya.

Y mientras el sol moría en un último destello, la oscuridad pedía permiso para besar sus almas.


Bullet for my Valentine-Tears don't fall (acoustic)

domingo, 11 de diciembre de 2011

Cerrar puertas

CERRANDO PUERTAS Paulo Coelho

Hay que saber cuándo una etapa llega a su fin. Cuando insistimos en alargarla más de lo necesario, perdemos la alegría y el sentido de las otras etapas que tenemos que vivir.
Poner fin a un ciclo, cerrar puertas, concluir capítulos… no importa el nombre que le demos, lo importante es dejar en el pasado los momentos de la vida que ya terminaron. ¿Me han despedido del trabajo? ¿Ha terminado una relación? ¿Me he ido de casa de mis padres? ¿Me he ido a vivir a otro país? Esa amistad que tanto tiempo cultivé, ¿ha desaparecido sin más? Puedes pasar mucho tiempo preguntándote por qué ha sucedido algo así. Puedes decirte a ti mismo que no darás un paso más hasta entender por qué motivo esas cosas que eran tan importantes en tu vida se convirtieron de repente en polvo.
Pero una actitud así supondrá un desgaste inmenso para todos: tu país, tu cónyuge, tus amigos, tus hijos, tu hermano; todos ellos estarán cerrando ciclos, pasando página, mirando hacia delante, y todos sufrirán al verte paralizado.
RECUERDOS. Nadie puede estar al mismo tiempo en el presente y en el pasado, ni siquiera al intentar entender lo sucedido. El pasado no volverá: no podemos ser eternamente niños, adolescentes tardíos, hijos con sentimientos de culpa o de rencor hacia sus padres, amantes que reviven día y noche su relación con una persona que se fue para no volver. No podemos ser empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Todo pasa, y lo mejor que podemos hacer es no volver a ello. 
[…]
Todo en este mundo visible es una manifestación del mundo invisible, de lo que sucede en nuestro corazón. Deshacerse de ciertos recuerdos significa también dejar libre un espacio para que otras cosas ocupen su lugar. Dejar para siempre. Soltar. Desprenderse. Nadie en esta vida juega con cartas marcadas. Por ello, unas veces ganamos y otras, perdemos. No esperes que te devuelvan lo que has dado, no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran tu genio, que entiendan tu amor.
Deja de encender tu televisión emocional y ver siempre el mismo programa, en el que se muestra cómo has sufrido con determinada pérdida: eso no hace sino envenenarte. Nada hay más peligroso que las rupturas amorosas que no aceptamos, las promesas de empleo que no tienen fecha de inicio, las decisiones siempre pospuestas en espera del "momento ideal".
La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando puertas abiertas "por si acaso", nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
DEJARLO IR. Antes de comenzar un nuevo capítulo hay que terminar el anterior: repítete a ti mismo que lo pasado no volverá jamás. Recuerda que hubo una época en que podías vivir sin aquello, sin aquella persona, que no hay nada insustituible, que un hábito no es una necesidad.
Puede parecer obvio, puede que sea difícil, pero es muy importante. Cerrar ciclos. No por orgullo, ni por incapacidad, ni por soberbia, sino porque, sencillamente, aquello ya no encaja en tu vida. Cierra la puerta, cambia el disco, limpia la casa, sacude el polvo.
Deja de ser quien eras, y transfórmate en el que eres…Esa es la vida…


Papa Roach-Scars

viernes, 9 de diciembre de 2011

Little Fish



"Un hombre cuenta sus historias tantas veces que al final él mismo se convierte en esas historias. Siguen viviendo cuando él ya no está. De esta forma, el hombre se hace inmortal"

"Hay momentos en los que un hombre tiene que luchar, y hay momentos en los que debe aceptar que ha perdido su destino, que el barco a zarpado, que solo un iluso seguiría insistiendo. Lo cierto es que yo siempre fui un iluso"

"Cuanto más difícil es hacer algo, mayor es la recompensa que te espera al final"

"Lo fascinante de los icebergs es que sólo ves el 10%, el otro 90% está bajo el agua y no lo ves. Y contigo es lo mismo papá, solo veo un trocito que sobresale por encima del agua"

"Algunos peces no se dejan pescar. No es que sean más rapidos, o mas fuertes que los otros peces. Es solo que han sido… como tocados por la gracia. La Bestia era uno de esos peces"


Pearl Jam-Man of the Hour
Hoy estoy algo tonto, y tenía que meter en una misma actualización a Tim Burton, algo de mi vida y el viaje que he hecho esta semana. Creo que he conseguido las tres cosas... a lo cutre, pero bueeeeno ^____^